Son muchos los condicionamientos sociales a los que me he tenido que enfrentar hasta el punto de perder mi propia identidad. Escuché las voces ajenas durante mucho tiempo y fue así como acabé en un laboratorio estudiando una carrera que nada tenía que ver con mis verdaderos intereses.

El sistema tenía un plan para mí pero yo me sentía totalmente amargada e infeliz.

He comprobado por mí misma que cuando nos permitimos ser nosotros mismos, descubrimos una gran cantidad de talentos y de creatividad que se alberga en nuestro interior, lo cual nos permite alcanzar la anhelada autorrealización.