¿Por qué nos cuesta tanto pedir perdón?
¿Crees que no es necesario perdonar?
¿Acaso no hay nada que perdonar?
¿Y qué tal si empezamos por perdonamos a nosotros mismos?
Pedir perdón, perdonar a todas aquellas personas que nos hayan herido y, en especial, perdonarse a uno mismo, con todo lo que ello conlleva, es una de las experiencias más enriquecedoras que todos deberíamos experimentar cada día… Si eso fuera así, estoy segura de que habría muchas menos guerras, acosos, abusos y un sinfín de adversidades más.
El perdón es una de esas ASIGNATURAS PENDIENTES que no se trabaja en las escuelas, al menos como se debería trabajar, y tod@s hemos llevado arrastrando esta asignatura de un curso a otro, hasta el punto de NO SABER QUÉ ES ESO DE PERDONAR…
Recuerdo cuando hace unos años un muy buen amigo mío me pidió perdón ante cierto comentario que me molestó y mi propia contestación fue:
“Una cosa es perdonar y otra muy distinta olvidar…”
Muy posiblemente esa también sea tu opinión… Yo ahora mismo lo pienso y siento cierto pavor… pero eso es justo lo que nos enseñaron… (¡y así nos va…!) De manera generalizada, concebimos erróneamente el perdón como el hecho de perder la razón pero, ¿de qué razón estamos hablando? ¿de la tuya? ¿de la mía? ¿o de la de un niño?
“Solo hay una verdad absoluta y es que esta verdad es relativa… André Maurois
Cada uno tenemos unas experiencias de vida y unas creencias determinadas que no son mejores ni peores, sino simplemente distintas y eso es justamente lo que hace la vida interesante…
Querer tener la razón y que los demás apoyen siempre nuestra propia opinión es como querer conducir por una calle sin salida…Ninguna de las dos opciones te lleva a ningún sitio…
De hecho, ¿cuántas veces te has sentido como en la imagen de este post?
Seguro que unas cuántas… ¿me equivoco?
QUITARNOS LAS CAPAS y CONECTAR CON ESE NIÑO QUE SOMOS, nos permite observar y comprender la realidad desde otro punto de vista… Permítete sentirlo y perdona… Libérate de ese sufrimiento y libera a la otra persona… Comprender que todos tenemos batallas internas que lidiar y que nuestras reacciones son fruto de nuestro propio conocimiento sobre cómo afrontar ciertas situaciones desbordantes nos puede ayudar… No es nada personal, solamente no saben / no sabemos hacerlo de otro modo…
Y es justo aquí donde tiene cabida la educación, ya que…
LO QUE CAMBIA NUESTRO PLANETA ES LA CONCIENCIA, Y LO QUE CREA LA CONCIENCIA ES LA EDUCACIÓN.
Aprender no sólo a pedir perdón desde la propia conciencia que somos sino a autoperdonarnos y saber integrar las disculpas son ASPECTOS IMPRESCINDIBLES que deberían FIGURAR EN EL CURRÍCULUM OFICIAL… No obstante, mientras tanto, ¿qué tal si empezamos primero por trabajarlo los propios adultos en nuestro día a día?
Sinceramente cuesta… no te voy a engañar… Pero merece la pena empezar a SANAR…
Deseo de todo corazón que esta pequeña aportación contribuya en este gran propósito y que sea de ayuda para muchas familias y docentes.
¿Quieres que te envíe el libro dedicado y firmado?